viernes, 19 de noviembre de 2010

Historia de las conspiraciones en Tarragona, 1811 (6ª entrega)

Claro olor a podrido


¿Por qué no intervino el general? ¿Qué motivos tuvo para permitir la salida de cuatro mil infantes de la plaza para hostigar a los franceses por la retaguardia mientras él tenía que atacar por la vanguardia , y al final, mandó que se retiraran las tropas sin llegar a intervenir?

Sabías que, una vez tomado el Fuerte del Francolí, parece ser que Juan Senén de Contreras convenció al marqués de Campoverde, que se encontraba con su ejército en el exterior, que la única posibilidad de salvar la plaza era realizar una salida desde la ciudad con 4000 hombres mientras tanto, el comandante en jefe, Campoverde, con todo su ejercito exterior compuesto por unos 10.000 hombres, podrían atacar al enemigo por  dos frentes. Así se acordó y así se iniciaron las maniobras. Desde la ciudad, al mando del mariscal de campo Juan Couten salieron dos columnas. Según explica el coronel Andrés Eguiaguirre en su obra:  Sucesos verdaderos del sitio y plaza de Tarragona, la acción debería iniciarse el dia 24 de Junio a hora determinada y a la señal del telégrafo. A las cuatro de las tarde, los soldados españoles que salieron de la plaza, se encontraban en el glacis, tumbados en formación sobre el camino real de Barcelona. Cuenta que la tropa escogida era de la mejor, se hallaba dividida en dos secciones de 2000 hombres cada una, una de ellas comandada por el propio coronel Andrés Eguiaguirre, y la segunda por el coronel Antonio Roteu. Los soldados españoles esperaban con impaciencia la orden del telégrafo para lanzarse contra los franceses. Pasadas las siete de la tarde, el comandante en jefe, todavía no había dado la orden de ataque. Al caer la noche, el comandante en jefe ordenó que se replegaran perdiendo la oportunidad, quizás de salvar a la ciudad. Naturalmente luego se enteraron que el marques había realizado, como él describe, una marcha retrógrada, sin cumplir el plan establecido.
Es algo que no acabo de entender. Todo indica que el marqués se vio presionado por Contreras, el gobernador que él mismo había designado antes de abandonarla para su defensa, pero parece que nuestro comandante en jefe tenía otras cosas o ideas en la cabeza. Permitió que cuatro mil soldados esperaran la señal de ataque mientras él se paseaba observando las posiciones enemigas, sin intención alguna de intervenir. Todo eso me hace pensar en lo turbio del acto, máxime cuando, si habéis leido mis anteriores entregas, la plaza tenía que entregarse precisamente el 24 de Junio. 

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