domingo, 14 de noviembre de 2010

Historia de las conspiraciones en Tarragona, 1811 (3ª entrega)

El comodoro Codington, al servicio de su majestad.

Existe una documentación muy extensa y reveladora de lo que a continuación os voy a referir, lleva por título "Historia de las conspiraciones tramadas en Cataluña contra el ejército francés". En ella se recogen cinco correos interceptados al comodoro Codrington muy reveladores en cuanto a la forma de actuar del británico cuando las tropas de Suchet realizaban obras frente a los baluartes Real y del Francolí.
Como no ignoráis, las manufacturas inglesas se encontraban cercadas debido al bloqueo continental decretado por Bonaparte, pero naturalmente la corona británica se las ingeniaba para exportar sus mercancias, uno de los destinos más importantes, España.
La estrategia de la armada del Mediterráneo consistía en dejarse ver, es decir, navegaban hacia los lugares de conflictos donde eran reclamados pero sin abrir fuego contra el enemigo. Lo cierto es que su sola presencia provocaba, entre la alegría subida moral de los nuestros y el acobardamiento del enemigo, que muchas de sus apariciones acabaran en victoria. Lo que el comodoro hacía era negociar con las autoridades locales, si se avenían a desembarcar las manufacturas inglesas, actuaba, de lo contrario, actuaba como un fantasma, apareciendo y desapareciendo de los lugares conflictivos.
¿Pero qué sucedio en Tarragona?. 
Suchet logro arrimarse a las murallas de la ciudad baja y realizó diferentes parapetos donde instaló, en un inicio, dos piezas de artillería de grueso calibre. Con tan solo esas dos piezas de artillería logró que la Royal Navy se retirara del puerto de Tarragona y se pusiera a cubierto en la playa del Milagro. De esa forma, las fuerzas defensoras de la plaza se quedaron sin fuego amigo, puesto que a esas alturas ya se había perdido el fuerte del Olivo.
El hecho cobarde no acabo con esa maniobra de evasión. Desde Cádiz, al mando del coronel Skerret venía una flota con 1200 infantes británicos para reforzar la plaza. El coronel paseo con el gobernador Contreras por las murallas y finalmente, dado que venía con la orden de no poner en riesgo sus tropas decidio no desembarcarlas y dejar a la ciudad a su suerte.
Según las fuentes consultadas hay que agradecer al comodoro que mantuviera limpia las rutas comerciales del Mediterráneo de corsarios, permitiendo el tráfico mercante. Igualmente, al inicio del asedio ayudó con el fuego de su artillería, pero llegada la hora de la verdad, por la presencia de dos cañones, huyo y resguardó sus buques y a sus soldados fuera del alcanza de las bombas francesas, no permitió el desembargo de los infantes ingleses, quizás vinieron a echar una partida de brisca en lugar de luchar, lo ignoro, pero todo huele a podrido.

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